Construida en 1808 y declarada Monumento Histórico Nacional en 2017, este edificio forma parte del Museo de la Ciudad y atesora siglos de memoria local, incluyendo un profundo reconocimiento a la cultura afro y su aporte a la identidad de la región.
El proyecto incluye la restauración de sus muros exteriores, de casi 80 cm de espesor, mediante la remoción de suciedad, tratamiento de fisuras y la aplicación de pintura a la cal. Además, se realizarán calas estratigráficas para documentar las capas pictóricas y revoques que se superpusieron a lo largo de los años. Estas labores, llevadas a cabo con el apoyo de la Comisión Nacional de Monumentos, buscan honrar tanto la arquitectura como las historias que la Casa alberga.
La historia de la Casa de Haedo: testigo de siglos de Gualeguaychú
La Casa de Haedo, cuya construcción comenzó en 1808, es mucho más que un edificio: es un testimonio vivo de los inicios de Gualeguaychú como villa.José Borrajo, un comerciante que solicitó al Cabildo la ampliación de los terrenos hacia el norte, levantó esta residencia familiar en pleno centro. En sus primeros años, funcionó también como despacho de comercio en la intersección de las actuales calles San José y Rivadavia.
Con el tiempo, la casa se convirtió en hogar de Petronila Borrajo y su esposo, el comerciante español José Antonio Haedo. Generación tras generación, la familia Haedo habitó y cuidó este espacio, preservando documentos, fotografías, mobiliario, cuadros y otros objetos que hoy forman parte del Museo de la Ciudad. Este legado fue cedido al Municipio por el Gobierno Provincial en 1987, junto con la declaración de Patrimonio Histórico de la Ciudad.
En 2014, la Casa de Haedo fue reconocida como Sitio de Memoria Afro, en homenaje a las personas africanas esclavizadas que vivieron y trabajaron en estas tierras, dejando un legado cultural invaluable que aún define parte de la identidad gualeguaychuense. En 2017, su valor histórico alcanzó el máximo reconocimiento nacional al ser declarada Monumento Histórico Nacional.