Fue un arranque exitoso y de ahora en más se deberá intentar mantener este flujo de público para recaudar parte de la inversión de 200 millones de pesos realizadas por las 5 comparsas.
Pero como es tradición la primera noche deja mucha tela para cortar. Aquí un análisis comparsa a comparsa.
Papelitos enfrentó un doble desafío: abrir la pasarela en la edición 2023 y reafirmar su condición de reciente campeona. Cuando el reloj marcaba las 22.15, tras un leve retraso por problemas de ubicación de las carrozas en la previa, su animador Martín Fernández abrió la pasarela al grito de “se despierta la ciudad, despierta el carnaval”.
Así los del oeste salieron a recorrer los 500 metros del Corsódromo intentando revalidar su título obtenido en la edición 2022. Tienen con qué hacerlo.
En esta ocasión, su director Juane Villagra decidió contar la historia de León, un niño que en la Biblioteca López Jordan tenía el don de darle vida a las leyendas que leía.
Durante el desplazamiento de la comparsa se aprecia una unificada línea de diseño y coherencia cromática, con mucha labor textil, la incorporación de sublimados y un excelente trabajo de reciclaje. Aunque con una temática tan fuerte se esperaba un mayor nivel de maquillaje y caracterización.
Las carrozas a cargo de Martín Naef son otro punto fuerte porque la caracterización de Juancho Martínez es impactante por su acercamiento a la realidad, aunque debemos reconocer la falta de luz y brillo en ellas.
La música de “Furia del Oeste” a cargo de sus directores Andrea Benedetti y Martin Fernández conduce el desplazamiento de los integrantes con partes reconocibles del año pasado.
Entre los personajes destacados de esta composición tenemos a su reina Laura Garra, Martín Ayala en el rol de un mago y el joven Amir González, quien con sus pasos de baile logra la ovación del público y se perfila a ser la revelación de esta edición.
Los de la Ribera tuvieron la difícil tarea de enfrentar a un público que aplaca su hambre de carnaval después de la primera comparsa. Leo Rosviar luchó toda la noche contra algunos inconvenientes como no poder plasmar los movimientos articulares de las carrozas que probó en los ensayos.
En la carroza de apertura que representa la indiferencia del ser humano, el planeta debía abrirse y permitir que suban las hienas, pero la hidráulica e iluminación falló. El concepto no se completó. Mientras que la segunda carecía de algunos integrantes en puestos preparados y se notaban detalles a terminar.
Respecto del diseño de sus trajes, el director vuelve a utilizar un recurso de moldería similar a los años anteriores haciendo que la comparsa parezca como algo ya visto. Reitera una paleta de colores oscura, en tonos saturados y con algunas notas de colores complementarios o auxiliares.
Al desplazamiento se lo ve fluido aunque en ciertas partes de la comparsa se generan baches como delante de la carroza de los músicos y de la batucada.
Ara Yeví extrañó a la banda “Alma Carnavalera” y si bien “Caranava de Carnaval” intentó dar lo mejor de sí, el público no reaccionó.
Entre los puntos favorables tenemos a su “antireina” Andy Davrieuax quien lejos del tradicional traje blanco que suelen lucir las soberanas optó por un color tornasol que iba del rosa al verde pasando por el azul, enamorando a propios y ajenos.
Otra vez, Leo Stefani como director de la batucada construye un show contundente y su pasista Marisol Sánchez se acopla a la perfección.
Es una comparsa donde se notó la falta de tocados y espaldares elevados en altura. Las carrozas necesitaban más tiempo para perfeccionar detalles.
La línea de diseño no mantiene una coherencia a lo largo de toda la comparsa haciendo que algunas escuadras se destaquen más que otras como es el caso de la referida a la energía nuclear y la batucada.
Un gran cambio fue la renovación de la batucada de Kamarr que creció en calidad artística respecto del año pasado. Es una senda que de mantenerse puede darle buen puntaje al final de la edición.
Desde la noche uno, su director Emanuel Pérez supo poner en escena una comparsa con un alto porcentaje de finalización. Su comisión de frente impacta desde lejos por el volumen de sus trajes lo que recuerda, en menor medida, a las grandes aperturas de los inicios del Corsódromo.
Su bastonera principal Silvana “Bombón” Fernández cautiva a su paso y la gente le rinde tributo.
En tanto, la carroza de apertura origina nostalgia entre el público mayor. Más de uno recordó aquel viejo tren que paraba en la antigua estación, hoy Casa Rosada.
El desplazamiento de Mari Mari fue dinámico y compacto. El gran trabajo coreográfico de Natalia Miño Raffo se ve plasmado a lo largo de toda la comparsa. El recurso es sencillo y efectivo, tanto que los simpatizantes lo reproducen de inmediato desde las tribunas.
Los trajes se ven muy bien desde lejos, de cerca parecen de factoría más económica y entre escuadras hay ciertos saltos bruscos en las tonalidades.
Su reina Florencia Etayo impacta por su belleza, quizás le deberían asignar otro lugar en la pasarela para resaltar su figura para no competir con otras representantes del mundo rojinegro.
La banda “Toque de Samba” a cargo de Martín Irigoyen demuestra su fortaleza interpretativa y su larga trayectoria. Los cambios de voces no afectan el gran funcionamiento sonoro al que se suma una potente arenga de Juan Boari. Otro acierto es destacar en tramos de las canciones la voz solista Camila Gutiérrez, un logro altamente merecido por la artista.
La batucada “Aplanadora carnavalera” dirigida por Mauro Andrada al ir ensamblada con la banda no encuentra espacio para lucirse. Cumple, nada más y es una lástima por el buen desempeño de la pasista Rosario Sánchez, que hace años la viene remando para obtener un lugar como este.
Mari Mari es una comparsa que, con ciertos ajustes y mejoras, se perfila para disputar los primeros puestos.
La noche cerró con O’ Bahía Rock. La comparsa dirigida por el debutante Fabián Scovenna sobrellevó el momento más complicado de la jornada porque se cortó el suministro energético de la carroza que llevaba la banda musical y debieron solucionar el problema en minutos.
Más allá de eso, es una comparsa que impacta por la dimensión de sus carrozas y el nivel de detalles de sus trajes donde la paleta de colores juega –de manera acertada- con los contrastes. Asimismo, se valora positivamente el volumen de los espaldares y está claramente explicada su temática en la puesta en escena.
Logró un desplazamiento impecable, sus portabanderas son muy buenos y lucen unos trajes preciosos como muchas de las composiciones de las escuadras. Las caracterizaciones de rockeros están logradas y la banda sonó muy bien.
La Batucada “Ritmo demoledor” conducida por Emanuel Fernández y Nicolás Alfaro le dará pelea a “Sonido de Parche” y “Batería Gualeguaychú” dirigida por Hugo García Blanco en Kamarr.
Para tener en cuenta, la pasista Luciana Sekaf debería administrar mejor las energías para llegar al último jurado y poder lucir con creces.
En O’ Bahía se destaca la participación del músico Eri Acosta, Marcos Peña y Gaby Girone personificando a Tina Tuner.
El sábado 14 la pasarela se encenderá nuevamente y Gualeguaychú volverá a proclamar su identidad carnavalera.
